
LUCA PINOT NOIR:
Laura Catena, miembro de la cuarta generación de viticultores, también es Doctora en Medicina y escritora. Su lugar de nacimiento fue Mendoza, donde pasó su infancia al lado de su abuelo Domingo, en la bodega familiar ubicada en el pequeño distrito de La Libertad. En 1988, se graduó con honores "magna cum laude" en la Universidad de Harvard y, posteriormente, obtuvo el título de Doctora en Medicina de la Universidad de Stanford. En 1995, se unió a su padre, Nicolás Catena Zapata, para trabajar en la bodega familiar y fundar el Catena Institute of Wine, cuya misión es crear vinos capaces de competir con los mejores del mundo.
En la actualidad, Laura desempeña el cargo de directora general en Catena Zapata, donde colabora estrechamente con Alejandro Vigil y Luis Reginato en la selección de parcelas y cortes para los vinos emblemáticos de la familia. Además de su labor en Catena Zapata, Laura fundó su propia bodega la Bodega Luca, ubicada en Mendoza. Luca fue nombrada así por el primogénito de Laura Catena, y simboliza el amor hacia su familia. La cresta familiar que figura en la etiqueta pertenece a la familia de su esposo Dan McDermott.
Laura Catena es ampliamente reconocida como la principal defensora del vino argentino, gracias a su activa labor en la promoción de la región vitivinícola de Mendoza y el Malbec argentino. Su pasión inquebrantable es profundizar constantemente su conocimiento sobre la viticultura en altitud, el microbioma del suelo y el potencial de envejecimiento de los vinos.
NOTA DE CATA:
Color: rojo granete.
Aromas: frutillas silvestres, cerezas y notas florales.
Boca: un Pinot complejo que presenta una exuberante paleta aromática reproducida en el paladar con notas a cuero, especias y confitura de cerezas y frambuesas. Increíble aroma fresco finalizando con un toque borgoñés. Marida bien con comidas como cordero, salmón grillado, pato asado, pollo y aves de caza. ¡Los amantes del Pinot tal vez se anticipen y lo beban solo!
PINOT NOIR:
El Pinot Noir es una variedad de uva aclamada por su elegancia y sutileza. Sus vinos se caracterizan por su delicadeza, notas frutales y capacidad para reflejar el terroir dando desde vinos más accesibles y fáciles de beber hasta los más complejos y expresivos. Su versatilidad en la producción lo hace un favorito entre los amantes del vino.
La región de Borgoña en Francia es considerada la cuna del Pinot Noir produciendo algunos de los vinos más prestigiosos y delicados de la variedad. También tiene su fama en las regiones de Willamette Valley Oregón y Sonoma California en Estados Unidos. Otros países como Nueva Zelanda, Australia y Argentina también logran grandes exponentes.
Desde 2010 hasta 2021, la superficie dedicada al cultivo de esta variedad ha experimentado un aumento del 10.8% en Argentina. Aunque estas cifras pueden parecer significativas, el Pinot Noir sigue siendo una fracción minúscula en el panorama del vino argentino. A pesar de estar clasificado entre las 20 variedades más plantadas, las 1,996 hectáreas cultivadas representan apenas el 0.9% del total del país, en marcado contraste con el Malbec, que abarca 46,366 hectáreas.
Este incremento se debe a que el Pinot Noir ha conquistado los paladares y corazones de personas en todo el mundo. Gracias a su versatilidad, se producen destacados espumantes, vinos tintos, blancos y rosados. En sus versiones más simples, resulta ideal para la elaboración de vinos de fácil degustación, versátiles, frescos y repletos de notas frutales, perfectos para quienes están comenzando su viaje enológico o para aquellos que disfrutan del vino sin complicaciones. Por último, en sus versiones más refinadas, el Pinot Noir se destaca por su capacidad para reflejar la influencia del terroir de origen, por su complejidad y elegancia, derivadas en gran medida de su estructura basada en la acidez en lugar de los taninos, y por su intensidad en aromas y sabores.