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BODEGA LOPEZ


Si hablamos de tradición y alta calidad en los vinos argentinos, sin duda Bodega López es una de sus principales embajadoras. Con una filosofía enfocada en el trabajo artesanal y en vinos de larga crianza, la bodega continúa, más de 120 años después de su fundación, siendo un referente indiscutido tanto para quienes disfrutan del vino como para quienes lo elaboran.
Una de las grandes preguntas en el mundo del vino es: ¿crianza sí o no? En Iberblog conversamos con Juan Pablo Díaz, uno de los enólogos de Bodega López, quien nos habla sobre la importancia de la crianza y nos revela que detrás de ella hay mucho más que tiempo y barrica. Nos comparte los factores clave que, bajo el sello distintivo de la bodega, definen su estilo único y atemporal.

¿Cómo definiría la filosofía de crianza de Bodega López y qué la diferencia de otras bodegas argentinas?
A pesar de los vaivenes de la industria, las modas y los distintos estilos de vino, López siempre apostó por vinos de alta calidad, con un fuerte enfoque en la crianza.
Una crianza principalmente en toneles, un método que quizás en algún momento fue dejado de lado, pero que hoy vuelve a estar en auge: el uso de tonelería en vasijas más grandes, donde el roble no tiene un impacto tan marcado y pasa a tener un rol más secundario.
La filosofía de la bodega siempre fue realizar crianzas prolongadas en vasijas de roble relativamente grandes, que aportan complejidad sin ser protagonistas.

¿Qué tipo de barricas utilizan para la crianza (roble francés, americano, toneles grandes) y por qué esa elección?
La tonelería antigua de la bodega es completamente de roble francés, y actualmente se continúa utilizando en su mayoría este tipo de roble. El roble americano se emplea muy poco, solo en algunos cortes específicos donde buscamos resaltar un perfil aromático particular. 
La elección del roble francés responde, en parte, al deseo de mantener la tradición y el estilo de vinos que se elaboran en la bodega desde hace muchos años. El roble francés se destaca por aportar cuerpo y complejidad, sin imponer un impacto aromático tan marcado como el que suele brindar el roble americano.

¿Cuánto tiempo suelen envejecer sus vinos antes de salir al mercado y cómo deciden ese momento óptimo?
El tiempo de crianza es un promedio general del período en que los varietales se mantienen por separado en cada tonel, dependiendo de la línea. Hay líneas cuyos vinos pueden pasar 3, 6, 12 o 24 meses en tonel, e incluso algunos que permanecen hasta 5 años antes de decidir hacer el blend. A esto, por supuesto, se suma el tiempo de guarda en botella.


La duración de la crianza varía mucho según cada línea. Por supuesto, cuanto mayor sea el tiempo de guarda que llevará un vino, este debe ser seleccionado desde el inicio con ese objetivo. Esa decisión se va definiendo a través de nuestras degustaciones y el criterio del cuerpo técnico.

¿Cómo influye el tipo de uva o terroir en la estrategia de crianza?
Hay varietales con mayor estructura tánica, como el Cabernet Sauvignon, que soportan mejor el envejecimiento y que, justamente, necesitan tiempo para amalgamar y redondear esos taninos. No solo es fundamental el varietal al momento de elegir el tipo de madera, sino también el uso adecuado de la crianza en roble para estos vinos, donde el objetivo es pulir los taninos y lograr una textura sedosa.

Sin dudas, el tiempo y la crianza en roble son las mejores herramientas para lograrlo.
El terroir también influye mucho: los taninos deben ser maduros, no verdes, ya que los taninos verdes no se corrigen con crianza. Por eso es clave la zona, el terroir y todo el trabajo que lo acompaña, además del manejo en bodega, para obtener un vino con buena estructura tánica, equilibrado, con taninos presentes pero ni duros ni excesivamente astringentes.
Por eso es tan importante elegir vinos que realmente puedan sostener una guarda prolongada en tonel.

¿Qué rol juega la microoxigenación en la evolución de los vinos durante la crianza en madera?
Una forma sencilla de explicar la microoxigenación es como el “pulido de taninos”, algo que solemos mencionar al hablar de cómo los vinos mejoran con el tiempo.Los taninos son moléculas con carga negativa que, en vinos jóvenes, reaccionan con las proteínas de nuestra saliva —que tienen carga positiva— generando esa sensación de sequedad en boca que conocemos como astringencia.
La microoxigenación permite que estos taninos se unan formando moléculas más grandes, que reaccionan menos con las proteínas salivales, lo que reduce la astringencia y suaviza la textura del vino.Por eso, con el tiempo, los vinos se van suavizando. Además de mejorar la sensación en boca, este proceso también contribuye significativamente a la estabilidad del color del vino a lo largo del tiempo.

¿Hay alguna etiqueta de la bodega que represente de forma emblemática el estilo de crianza de López?
Sin dudas, las etiquetas que mejor reflejan y representan la crianza característica de la bodega son las líneas Montchenot y Chateau Vieux. En el caso de Chateau Vieux, hay registros desde la cosecha 1938 en adelante. Son vinos pensados para la guarda desde su origen, lo que permite que hoy se pueda contar con la mayoría de las cosechas, muchas de ellas aún disponibles para la venta en ambas marcas.
Esto es lo que hace única a Bodega López en Argentina y en gran parte de Sudamérica: la continuidad y conservación de cosechas. En el país, no existe una vertical tan extensa como la de Chateau Vieux y Montchenot.

¿Cómo ha evolucionado la crianza de sus vinos íconos, como Montchenot, a lo largo de las décadas?
Los vinos evolucionan de manera notable y cada añada marca un perfil propio, algo muy valioso y lindo de contar. Hoy hay disponibles para la venta muchas cosechas con registros detallados, lo que permite hablar de si fue una añada fresca, cálida, con más o menos precipitaciones, y cómo todo eso se refleja en la degustación del vino.

¿Está cambiando la crianza en función de las nuevas tendencias de consumo o siguen fieles a su estilo tradicional?
La crianza no cambia, lo que evoluciona es la tecnología, la forma de elaborar los vinos y los conocimientos que seguimos adquiriendo. Estas herramientas permiten que las crianzas sean cada vez mejores: con más control, mayor precisión en la elaboración y una mejor comprensión de cada etapa del proceso.
El conocimiento sobre la limpieza y desinfección del roble también ha avanzado, lo que contribuye a que los vinos estén cada vez más pulidos y expresivos.
El estilo de la bodega no cambia, aunque sí lo hacen la tecnología y el conocimiento, que deben aplicarse para ofrecer lo mejor al consumidor. En cuanto a la posibilidad de explorar otros estilos de crianza, contamos con distintas líneas que se desarrollan en paralelo, pensadas para reflejar otras expresiones y enfoques.
Lo clásico nunca pasa de moda.
Y la realidad es que el tiempo siempre termina dando la razón: cuando ciertas modas regresan, seguimos vigentes porque nunca traicionamos nuestro estilo, manteniéndonos fieles a nuestras raíces, siempre innovando, pero sin perder la esencia.

¿Qué desafíos enfrenta hoy en día un enólogo a la hora de criar vinos longevos en Argentina?
El desafío de cada año es una carrera constante de aprendizaje. Cada cosecha es distinta, y hay un factor que no podemos controlar: el clima. Si bien representa un reto, también es algo apasionante que nos pone a prueba año tras año, obligándonos a dar lo mejor tanto en el viñedo —adaptándonos a las condiciones climáticas— como en la bodega, para lograr ese tipo y estilo de vino pensado para largas guardas.

Leo Guerrero 
Brand Ambassador Iber

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Prohibida su venta a menores de 18 años
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